
Ejército Español en la Guerra de los Siete Años
Cuando Felipe V, el primer Borbón, fue coronado, el ejército español ascendía a una fuerza equilibrada de casi 20.000 hombres. De esta fuerza limitada, 8.000 hombres estaban de guarnición en los Países Bajos (Pays-Bas) y 6.000 estaban reunidos alrededor de Milán (Italia). Sólo quedaban 6.000 hombres para defender España.
El propio rey disponía de una guardia a tiempo parcial (que prácticamente actuaba como guardia de honor sólo en ocasiones especiales) compuesta por "artesanos" residentes en Madrid y que servían voluntariamente en Palacio con un sistema de turnos.
En 1701, Felipe inició una especie de reorganización, pero las levas estaban mal dirigidas. La cooperación de los sacerdotes y alcaldes era escasa. La mayoría de los oficiales no se pusieron a cargo de sus hombres. La deserción masiva de reclutas era inevitable con la consiguiente pérdida de armas y equipos.
Después de 1706, sin embargo, la situación mejoró y, por ejemplo, sólo la región de Extremadura, dio 12.000 hombres. Incluso después de 1711, año de desastres militares, Vendôme encontró el ejército en una forma "respetable" y tras una rápida reorganización de las unidades pudo emplearlas y ganar las batallas de Brihuega y Villaviciosa. En efecto, España había realizado un inmenso esfuerzo. En su punto álgido, el ejército constaba de 120 batallones y 103 escuadrones, mientras que la artillería alcanzaba un máximo de 300 cañones y 40 morteros. (Coxe, t.I- Lettre de Tesse' a Chamillarl). Este ejército se organizó siguiendo las líneas francesas. Los oficiales estaban ahora a cargo del equipo de su compañía (fondo de masita), del armamento y de la vestimenta (fondo de mesa). Además, para cada unidad se creó un Consejo de Guerra (conseil de guerre). Asimismo, se crearon cargos de comisarios, ordonnateurs e intendants d'armée .
El 31 de enero de 1734, se introdujo un concepto totalmente nuevo de ejército de reserva de "segunda línea". Este ejército estaba formado por 33 regimientos de milicias provinciales (Antequera, Historia de la legislación española.- Barado, Museo Militar).
Fernando VI, que sucedió a Felipe V tuvo un reinado pacífico. En 1751, se propuso al soberano un aumento del ejército, compuesto por 57 escuadrones y 41 batallones, para alcanzar, en caso de movilización, una fuerza total de 100 batallones y 100 escuadrones. La propuesta incluía una solicitud para la adquisición de un total de 20 batallones extranjeros procedentes de Swizerland y de pequeños estados alemanes. Aunque Fernando VI rechazó el plan propuesto, a partir de entonces, bajo la dirección del ministro de la Guerra Don Sebastián Eslava, del Marqués de la Mina, del Conde de Revillagigedo, de Don Jayme Masones de Lima, de Don Antonio Manso y otros, se elaboraron una serie de reformas.
El 22 de octubre de 1768, después de 20 años, los resultados de esta Comisión se publicaron en Madrid en una edición en 2 volúmenes in-quarto con el Título: Ordonnances Royal pour le gouvernement, la discipline, la subordination et le service de ses armées. (Véase Clonard). Carlos III completó la reorganización militar con una reforma de la milicia y del Consejo de Guerra.
Organización de la infantería de línea española
En 1760, el rey Carlos III de España, que había accedido recientemente al trono, reorganizó su ejército. Quería restablecerlo a su fuerza formal (antes de la última reforma de Fernando VI). La organización descrita en este artículo se aplicó a los regimientos de infantería de línea españoles, irlandeses, italianos y valones.
N.B.: La Infantería de Casa (Guardias), la artillería, la infantería de línea suiza y las unidades de fijos de presidios tenían su propia organización que difiere de la organización estándar descrita en este texto.
En relación a la organización de la infantería de línea suiza en 1755, hay que decir que en noviembre de 1755, el rey Fernando VI de España reorganizó sus tres regimientos de infantería suiza (la Infantería Dunant no se creó hasta febrero de 1758). Estos regimientos no tenían la misma organización que los demás regimientos de infantería de línea. Esta reorganización no se completó hasta 1758. En estos regimientos suizos sólo se admitió a los católicos.
Revisor de hechos: Cambó y Mix