
Imperio Songhai
La Agricultura y Administración del Imperio Songhai
La agricultura Songhai
Para conocer el sistema económico del Imperio Songhai, tenemos la suerte de disponer de dos crónicas escritas por nativos del país. De este modo, estamos mejor informados sobre los sectores de la economía que no afectaban directamente a los comerciantes árabe-beréberes. Éste es el caso, sobre lodo, de la agricultura.
En los siglos XV y XVI, el clima de la zona del meandro del Níger era menos árido, y el río en período de crecida fertilizaba una gran faja de tierras, de modo que a ambos lados de su lecho, desde Dendi hasta el lago Debo, se extendían grandes superficies cultivadas por esclavos, bajo la administración de un jefe, el fanfán. El askia era el principal terrateniente del Imperio. El askia Daud, por ejemplo, poseía decenas de propiedades, como la que tenía en Abda, en Dendi, que le reportaba más de cincuenta toneladas de arroz al año. También poseían grandes fincas los príncipes de la familia del askia y los grandes jefes religiosos (cadíes, jurisconsultos, morabitos). Así pues, existía en el Imperio Songhai una verdadera aristocracia terrateniente que vivía de las rentas de sus dominios. No obstante, también los pequeños propietarios vieron aumentar su producción gracias a la paz en el interior de las fronteras y a la creación de un ejército profesional que dejó al pueblo a salvo de las movilizaciones generales. Al mismo tiempo, la diversificación de cultivos iniciada en el Imperio de Mali se vio acentuada: arroz, mijo, sorgo, trigo, calabazas, melones, sandías y algunos cultivos industriales (algodón, índigo). Las grandes épocas de hambre que despoblarían el meandro del Níger en los siglos XVII y XVIII se hallaban aún muy lejos.
La mayor parte del Imperio Songhai se hallaba en el Sahel, que es una zona ganadera por excelencia. Junto a una gran ganadería de animales bovinos, camellos y caballos, practicada por los pastores fulbe, moros y tuareg, en los grandes dominios existía también una ganadería más ligada a la agricultura. La aristocracia Songhai y sus intermediarios obtenían con ello considerables beneficios; así, un simple jefe de esclavos del askia Daud, el fanfán Musa Diango, poseía siete rebaños de bueyes.
Pero el Imperio no era únicamente el Sahel, era también el Níger, que en aquella época proporcionaba gran cantidad de pescado. La pesca –especialidad de los sorko, al este, y de los bozo, al oeste– alimentaba ya una pequeña industria; el pescado era ahumado, secado y distribuido por todo el imperio, e incluso fuera de él. Así pues, era un elemento comercial de considerable importancia.
La Administración del Imperio Songhai
Desde su toma del poder, Mamadú Turé se enfrentó violentamente con la aristocracia tradicional. Durante una de sus campañas en Borgu mandó asesinar en su presencia a todos los antiguos altos dignatarios. Una nueva aristocracia, reclutada sobre la base de la cultura islámica, sustituyó a la antigua en todas las funciones importantes del Imperio. Además, el askia se había rodeado de una especie de consejeros técnicos musulmanes, los ulemas, que no tardaron en convertirse en verdaderos censores (conocemos el caso del cadí de Tombuctú, Al-Aqib, que criticó publicamente algunos actos de gobierno de Daud, e incluso llego a negarse a recibirlo). Por el contrario, el aparato del estado le era totalmente fiel, pues los numerosos funcionarios que lo formaban eran nombrados por el propio askia, quien también los podía revocar.
En las provincias el tipo de administración era variable. Según si la provincia era o no Songhai, o si había opuesto resistencia o no, las jefaturas tradicionales eran respetadas, como en los estados hausa y las grandes confederaciones beréberes, o sustituidas por fari o farma, funcionarios nombrados, y revocables, por el askia. Únicamente Tombuctú gozaba de un estatuto particular; dependía de la autoridad de un cadi, cuyas funciones eran hereditarias.
Tombuctú era también la sede de la jurisdicción musulmana, mientras que en Gao se hallaba la más alta instancia jurídica, el consejo del askia, que juzgaba los grandes asuntos políticos (complots, alta traición, procesos contra los grandes dignatarios, etc.). En las provincias poco islamizadas se juzgaba según las costumbres. Las sanciones solían ser muy severas: la cadena perpetua, la muerte por asfixia, el apaleamiento hasta la muerte, etc., eran penas muy frecuentes. Al igual que en Ghana y Mali, en el Imperio Songhai la justicia y la seguridad estaban al servicio de la economía.
Fuente: M. S.