La Ascensión de Cristo: La recuperación de una doctrina olvidada
Es una de las doctrinas cristianas clave, pero también una de las más olvidadas. Aquí, brevemente, queremos examinar qué es, por qué importa y por qué no sólo es practicada, sino también su historia.
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A continuación se examinará el significado.
¿Cómo se define? Concepto de Ascensión
Nota: Véase la definición de Catolicismo en el diccionario.
Ascensión, en las creencias cristianas, hace referencia a la ascensión de Jesucristo al cielo el cuadragésimo día después de su resurrección (la Pascua se considera el primer día). La Ascensión es tan universal, para los cristianos, como la Navidad, la Pascua y Pentecostés, pero no tiene el reconocimiento popular de los dos primeros.
La ascensión es una de las doctrinas cristianas clave, pero también una de las más olvidadas. Aquí, brevemente, queremos examinar qué es, por qué importa y por qué es practicada, sino también su historia y preservación en la creencia cristiana.
La Ascensión de Jesús
La última aparición de Jesús, recogida en los Hechos de los Apóstoles (I, 9-11), se refiere al momento en que Cristo fue "arrebatado" al cielo el cuadragésimo día después de su resurrección. Los Hechos de los Apóstoles relatan que ese mismo día, en presencia de los apóstoles reunidos en el Monte de los Olivos, Jesús subió al cielo y desapareció rodeado de una "nube", expresión bíblica frecuente que simboliza la presencia de Dios.
El episodio de la Ascensión se relata también en otros libros del Nuevo Testamento, pero con distinto énfasis y precisión. El evangelista Marcos es el más lacónico sobre el acontecimiento (Marcos XVI, 19), mientras que Mateo sitúa la última aparición de Jesús en Galilea (Mateo XXVIII, 16). En el Evangelio de Juan, la glorificación descrita en el relato de la Ascensión parece tener lugar inmediatamente después de la resurrección (Juan XX, 1-17). El evangelista Lucas, presunto redactor de los Hechos, utiliza imágenes similares a las de los Hechos de los Apóstoles, pero no menciona un periodo de cuarenta días (Lucas, XXIV, 50).
El significado cristiano de la Ascensión recoge tanto la creencia en la glorificación, exaltación y resurrección de Jesús tras su muerte, como el tema de su regreso al Padre. De este modo, el Evangelio de Juan no sólo indica un simple paso de la Tierra al Cielo, sino que también utiliza las palabras de Jesús y sus apariciones tras la resurrección para demostrar el vínculo directo establecido entre el Hijo y el Padre, y una nueva relación entre Jesús y sus discípulos.
La Ascensión de Cristo también se menciona en el Credo de los Apóstoles, profesión de fe utilizada en los primeros tiempos de la era cristiana. Al igual que Navidad, Pascua y Pentecostés, la Ascensión es una de las fiestas que celebran todas las Iglesias cristianas. Se celebra cuarenta días después de Pascua en las Iglesias orientales y occidentales desde el siglo IV. Antes, se conmemoraba en Pentecostés, que celebra la venida del Espíritu Santo.
En la liturgia occidental, la misa de la Ascensión está marcada por el apagado del cirio pascual encendido el día de Pascua, tras la lectura del Evangelio. Este gesto simboliza la retirada de Cristo de la Tierra; expresa una separación y podría denotar cierta tristeza. Sin embargo, toda la liturgia de los diez días entre la Ascensión y Pentecostés está marcada por la alegría del triunfo final de Cristo resucitado. El tema de Cristo Rey está, pues, en el centro de la fiesta de la Ascensión. En términos teológicos, la Ascensión es el último acto de redención de Cristo, una ascensión al Padre que anuncia a todos sus fieles una participación en lo divino.
En el mundo cristiano de Europa, la fascinación popular por las representaciones visuales y teatrales hizo de la Ascensión un motivo favorito en una serie de actos rituales, sobre todo en los misterios medievales. Las procesiones de Semana Santa también imitaban el viaje que Jesús hizo con sus apóstoles al Monte de los Olivos. A veces, un crucifijo o una estatua de Cristo resucitado se elevaba a través de una abertura en el techo de la iglesia.
La Ascensión es un tema central de la iconografía cristiana, que se remonta al siglo V. Una de las primeras representaciones de la Ascensión, que perduró hasta el siglo XI en el mundo occidental, muestra una silueta de Cristo de perfil subiendo al Monte de los Olivos y agarrando la mano de Dios, que se ha levantado de una nube para elevarlo al Cielo. Los apóstoles, reunidos al pie de la colina, observan la escena.
En el siglo VI, apareció en Siria una nueva representación de la Ascensión, que más tarde fue adoptada en el arte bizantino. Enfatizando la divinidad o realeza de Cristo, lo representa "en majestad": de frente, de pie, inmóvil, rodeado de una mandorla (aureola en forma de almendra), sostenido por ángeles que lo sostienen en alto. Cristo sostiene un libro con la mano izquierda y bendice con la derecha. Un detalle inusual es la presencia de dos figuras recurrentes: la Virgen María, ausente de los relatos bíblicos de la Ascensión, y San Pablo, cuya ausencia confirma la cronología. Este tipo de representación, inspirada en el tratamiento iconográfico de la apoteosis del emperador en la tradición romana, fue muy utilizada en la decoración monumental de las iglesias bizantinas. El mundo occidental también adoptó esta representación frontal de Cristo colocado en una mandorla a partir del siglo XI, pero haciendo hincapié en su humanidad: extiende las manos a ambos lados de los costados, mostrando sus heridas. Esta versión de la Ascensión es especialmente frecuente en la decoración de las iglesias románicas francesas.
Ideas Clave e Importancia
Estas son algunas de las ideas principales en la doctrina cristiana:
La ascensión (levantamiento) de Cristo se refiere a Jesús subiendo de la tierra al cielo. Su sesión (sentarse) habla de Cristo sentado a la derecha del Padre. Se trata de dos etapas estrechamente vinculadas de la exaltación y el triunfo de Cristo, pero en un sentido real la ascensión es el viaje, mientras que sentarse es la meta.
Aunque la ascensión rara vez se menciona en términos explícitos, el Nuevo Testamento asume su lugar central. Todos los autores escriben en respuesta a la ascensión y a partir de ella. La ascensión reveló la exaltación y el triunfo del Mesías, terminó su obra en la tierra, garantizó su soberanía actual, rompió la barrera entre el cielo y la tierra, derramando así el Espíritu, y prometió su regreso.
La Ascensión es esencial para el Evangelio
La buena nueva de Jesús incluye su vida, muerte, resurrección y futuro regreso, pero ¿y su ascensión? Aunque a menudo descuidada o malinterpretada, la ascensión forma parte integrante del Evangelio.
En parte de la literatura se observa que la obra de Jesús estaría incompleta sin su ascensión a la diestra de Dios. No sólo es un momento clave en el relato evangélico, sino que la ascensión de Jesús fue necesaria para su ministerio actual en la Iglesia y a través de ella. Se sostiene, en varios casos, que la residencia de Jesús en el cielo marca un punto de inflexión en su triple oficio de profeta, sacerdote y rey. Como profeta, Jesús construye la Iglesia y su testimonio. Como sacerdote, intercede ante el Padre. Como rey, gobierna sobre todos.
(El confesionalismo, concepto surgido en Alemania en el siglo XIX (véase más detalles), hace referencia a la instrumentalización ideológica de la pertenencia confesional, en un contexto de conflicto).
Para comprender la Biblia, la doctrina cristiana y la obra actual de Cristo en el mundo, es esencial, consideran algunos estudiantes del cristianismo, apreciar plenamente la ascensión.
Parte de la doctrina cristiana explica el lugar crucial y descuidado de la ascensión, no sólo en la historia bíblica, sino también en la historia de cada creyente. Algunos libros tratan de mostrar cómo el lugar actual de Jesús en el cielo puede cambiar su vida en la tierra ahora, para mejor.
En la Liturgia
Un rasgo distintivo de la liturgia de la fiesta en las Iglesias occidentales es el apagado del cirio pascual, encendido por primera vez en Pascua, tras la lectura del Evangelio, como símbolo de la partida de Cristo de la tierra. A pesar de la idea de separación implícita en este acto, que podría llevar una nota de luto, toda la liturgia de la Ascensión, a lo largo de los diez días hasta Pentecostés, está marcada por la alegría del triunfo final del Señor resucitado. Uno de los temas centrales de la fiesta es la realeza de Cristo, y la implicación teológica es que la Ascensión fue el acto final de salvación que dio a todos los que son miembros de Cristo una participación en la vida divina. En otras palabras, Cristo fue "elevado al cielo para hacernos partícipes de su divinidad".
En la Edad Media europea, el placer de la gente por lo visual y lo dramático encontró una salida en diversas prácticas rituales asociadas a la fiesta. Las costumbres populares incluían una procesión que imitaba el viaje de Cristo con sus apóstoles al Monte de los Olivos, y la elevación de un crucifijo o estatua de Cristo resucitado a través de una abertura en el techo de la iglesia.
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